Los bigotes del gato


Los bigotes del gato

El agudo sentido del tacto del cato se manifiesta en muchas áreas, incluyendo sus largos bigotes sensoriales (llamados técnicamente vibrisas). Son gruesos y, en ciertos casos, más de dos veces más gruesos que el pelaje exterior del gato. Crecen de folículos implantados en el tejido del labio superior del gato a una profundidad tres veces mayor que los demás pelos y cuentan con una masa de terminaciones nerviosas. El más mínimo movimiento del bigote estimula estas terminaciones nerviosas y suministra información acerca de los alrededores inmediatos del gato. Los bigotes sirven como detectores de viento, lo cual, junto con el sentido del olfato del gato, contribuye a su rápida percepción del origen de los olores. Esto puede observarse cuando un gato inquisidor sacude sus bigotes cuando olfatea mientras investiga. Los bigotes también contribuyen a proteger los ojos del gato. Una ramita o una filosa hoja de pasto tocará los bigotes antes de entrar al ojo y desencadenará un parpadeo protector. Los bigotes caen periódicamente y se reemplazan por otros nuevos. La pérdida de los bigotes puede afectar los movimientos del gato y la orientación de sus alrededores. Nunca recorte o corte esos bigotes.

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